Terapia Individual

La terapia individual para adultos es un proceso terapéutico en el que una persona trabaja de forma individual con un psicólogo o terapeuta para abordar y superar dificultades emocionales, psicológicas o conductuales. A través de conversaciones y diversas técnicas, se exploran temas como el manejo del estrés, la ansiedad, la depresión, las relaciones interpersonales, y otros desafíos personales.

  • El proceso de terapia generalmente comienza con una primera visita, dónde podrás explicarme el motivo de consulta, empezaremos a descubrir los objetivos y te explicare como funciona el proceso terapéutico.

    A partir de ahí, nos centraremos en trabajar de manera colaborativa para abordar los desafíos que enfrentas, utilizando diferentes enfoques terapéuticos adaptados a tus necesidades. A medida que avancemos, se irán ajustando las estrategias para asegurarnos de que el proceso se adecúe a tus expectativas y te permita lograr el bienestar que buscas.

  • Las demandas diarias pueden generar ansiedad, estrés o tristeza, dificultando disfrutar de la vida con plenitud. Si estos sentimientos interfieren con tu bienestar, puede ser momento de buscar apoyo psicológico. La ansiedad y la depresión, manifestadas como tristeza, desmotivación o insatisfacción, son señales comunes de que podrías necesitar terapia.

    No es necesario tener un diagnóstico formal para consultar a un psicólogo. Si sientes malestar en alguna área de tu vida, la psicoterapia puede ayudarte a desarrollar nuevas formas de pensar, sentir y actuar, mejorando cómo enfrentas las situaciones. En casos donde la persona rechaza la terapia, también es posible intervenir indirectamente, brindando apoyo a familiares o amigos cercanos.

    • Ansiedad y ataques de pánico

    • Estrés (debido al ámbito laboral o familiar)

    • Miedos y fobias

    • Baja autoestima, timidez, retraimiento

    • Dificultad en las relaciones sociales

    • Problemas de pareja (comunicación, infidelidad, celos, etc.)

    • Traumas y estrés postraumático

    • Tristeza, desánimo, desmotivación

    • Dificultades en las relaciones interpersonales (en pareja, con hijos, con familia, en el entorno social o profesional)

    • Obsesiones y manías

    • Problemas del sueño: insomnio, despertares durante la noche, pesadillas, terrores nocturnos, etc.

    • Procesos de duelo

    • Bienestar personal

    • TDAH

    • Dislexia

    • Trastornos de personalidad

    • Altas capacidades

    • Discapacidad intelectual

    • Síndrome de Burn out

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Psicología Infantojuvenil